Ya he ido insistiendo que crear una rutina era una parte fundamental para conseguir aprender un idioma ya que se necesita estudiarlo un poco cada día y ser constante. Mi primer mes en Filipinas ha destrozado la rutina que había anteriormente creado en Londres y después en Valencia. Este mes, he estado viviendo en 3 hoteles diferentes y he tenido primero que adaptarme al cambio horario y cultural así que a una nueva ciudad y trabajo. Esto genera mucho cansancio y poco tiempo/ganas de ponerse a estudiar. Afortunadamente las dos últimas semanas, he conseguido ponerme a estudiar bajando a desayunar antes que mis colegas, pero ya tenía una cola de 280 kanji y 550 frases. Cada día, voy repasando 30 kanji y 30 frases, pero se añaden 15 kanji y 15 frases nuevas.
Así que me cuesta bajar estos números. Pensando en todo esto, he empezado a reflexionar sobre mi uso de Anki. Como por ejemplo, si tenía que dar prioridad a los kanji o a las frases. Decidí darlo a los kanji porque realmente son las bases de mi aprendizaje y llevo casi 2 años aprendiéndoles. Pero también me pregunté si realmente me servía la manera en la que los estaba aprendiendo. Porque intento reproducir el carácter a parte del significado como lo recomienda James W. Heisig porque dice que así no se olvida como escribir los caracteres. Pero en mi caso personal, mi objetivo no es escribir japonés, pero poder leer libros y entender películas.
Así me acordé de un método que se llama Lazy Kanji, que Khatzumoto de AJATT llevo un tiempo hablando en su blog (enlace 1, enlace 2). Consiste en mostrar primero el kanji y de allí adivinar su significado. El contrario de lo que hago. La primera ventaja es que es mucho más fácil, tienes la historia del kanji a la vista, solamente con mirar las primitivas que componen el carácter. Otra ventaja es que no tienes que recordar el significado exacto del kanji, solo con dar una aproximación es suficiente. Esto se agradece cuando se sabe cuántos significados similares existen en Remember the Kanji. Y también, lo que a mi realmente me interesa, es que me permite así mejorar mi lectura de los kanji. Porque realmente, es el mismo ejercicio que cuando estoy leyendo y además puedo intentar adivinar las pronunciaciones on’yomi y kun’yomi de los kanji, las cuales acabo de añadir a las tarjetas de mi mazo en Anki.
Desde luego, voy a perder mi facultad de reproducción de la escritura de los kanji, aunque siempre puedo dibujar el kanji cuando lo repaso. Pero realmente, así están los japoneses hoy en día. No saben escribir gran parte de los kanji, porque incluso cuando tienen que escribir, utilizan un ordenador o un móvil donde solo tienen que escribir la pronunciación y estos dispositivos buscan el kanji correspondiente. Nadie escribe ahora en papeles.
Para poder utilizar Lazy Kanji en Anki, solo tengo que modificar el formato de las tarjetas del mazo intercambiando las posiciones de los campos Significado y Kanji. Después quito el Significado de la historia y así me puedo ayudar de esta para adivinarlo. Aquí tenéis un ejemplo de como queda una tarjeta.
Y la verdad es que un cambio importante y cuesta mucho al principio. Al igual que me costaba reconocer los kanji en un texto en japonés porque tenía que hacer el ejercicio mental contrario al que hacia cuando repasaba en Anki. Confió ahora en que mi capacidad de lectura mejore bastante de esta manera, además de disfrutar más de mi tiempo de repaso.